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UITA
Unificando los trabajadores agroalimentarios y de hostelería en todo el mundo


La UITA impulsa agenda sindical de soluciones para la crisis alimentaria mundial Taller de la OIT destaca avances

Incluido en el sitio web de la UITA el 25-Mar-2009

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Actualmente se estima que mil millones de habitantes se ven aquejados por el hambre y que la cifra está ascendiendo, no obstante lo cual a la fecha los esfuerzos internacionales para abordar la creciente crisis alimentaria han excluido, explícitamente, a los trabajadores/as y sus sindicatos. Las organizaciones sindicales no han sido incluidas en programas de emergencia para suplir necesidades inmediatas, ni los organismos internacionales han procurado su participación para forjar soluciones de más largo plazo.

El año pasado, cuando las demostraciones callejeras desestabilizaron a los gobiernos como reacción a la hiperinflación en los precios de los alimentos básicos, la UITA propuso que la OIT convocara un taller con el propósito de explorar formas de involucrar a la OIT en la labor en curso entre los organismos de las Naciones Unidas respecto a la crisis alimentaria. El Grupo de los Trabajadores (dirigido por James Ritchie de NZDWU, afiliada a la UITA), efectuado en el 2008, en ocasión del debate de la Conferencia Internacional del Trabajo relativo al empleo rural para reducir la pobreza, instó a la OIT a organizar una amplia reunión sobre la crisis alimentaria a fin de examinar, entre otros temas, las posibilidades de participación de la OIT y, a través de la OIT, la intervención sindical.

Por consiguiente, la UITA acoge con agrado las recomendaciones del taller técnico tripartito sobre la crisis alimentaria mundial de la OIT, celebrado en Ginebra los días 5 y 6 de marzo, que deberían conducir a la participación de las organizaciones sindicales en los planes nacionales e internacionales para brindar seguridad alimentaria a todos. El taller también recomendó que la OIT actuara en colaboración con el Equipo de Tareas de Alto Nivel sobre la Crisis de la Seguridad Alimentaria de las Naciones Unidas (UN HLTF, por su sigla en inglés) con el objeto de garantizar que el trabajo decente –y particularmente el trabajo decente en la agricultura– sea considerado como un componente integral de la respuesta global.

Representantes de organizaciones sindicales, empleadores y gobiernos intervinieron en el taller, así como participantes de principales organismos de la ONU involucrados con la crisis alimentaria. El Dr. David Nabarro, coordinador del UN HLTF reconoció que su Marco Amplio para la Acción sobre la crisis mundial de la seguridad alimentaria no había tomado en cuenta las perspectivas de la fuerza laboral y de la OIT, pero aseguró al taller que ahora el equipo de tareas evaluaría nuevamente su enfoque y abordaría este déficit clave.

El taller identificó ámbitos específicos donde la OIT podría aportar al Equipo de Tareas de Alto Nivel de la ONU su experiencia y especialización específicas. Asignó especial importancia entre ellos a la creación del empleo, la salud y seguridad ocupacional, el trabajo infantil y los temas de género.

El Grupo de los Trabajadores (presidido por la UITA) aceptó con beneplácito la contribución del Profesor Olivier de Schutter, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, a la vez que su reconocimiento respecto a que los derechos laborales son vitales para hallar soluciones a la crisis alimentaria, en particular para fortalecer el poder adquisitivo de los habitantes de bajos recursos.

En la Conferencia Internacional del Trabajo del año 2008, el secretario general de la UITA expuso ante una sesión especial sobre la crisis alimentaria, poniendo de relieve el fracaso de la FAO de Naciones Unidas en abordar las causas de la crisis (el texto completo se encuentra a disposición aquí en formato pdf). En el taller del mes de marzo, Sue Longley de la UITA (quien presidió el Grupo de los Trabajadores en oportunidad de la reunión) reiteró este análisis cuestionando por qué, a pesar de la urgencia de la labor de la ONU, los niveles de los hambrientos en el mundo habían crecido de hecho significativamente, aunque se habían retraído los precios de los alimentos desde los puntos altos durante la crisis: "No hay lugar para la complacencia", afirmó Longley." Si la especulación y los biocombustibles convergieron para provocar hiperinflación, no podemos sentarnos de brazos cruzados, observar la evasión de dinero y llegar a la conclusión que el problema se ha solucionado en sí mediante las correcciones del mercado. Los alimentos y los trabajadores/as de la alimentación han sido subsumidos en volátiles mercados mundiales de capitales. Estos mercados requieren con urgencia una reglamentación firme para prevenir la próxima catástrofe. Es hora de cortar el cordón umbilical que vincula al petróleo con la agricultura, de forma tal que podamos avanzar hacia métodos más sustentables de producción, detener el cambio climático y rescatar los recursos hídricos y de las capas arables en tren de extinción. Estas cuestiones también son motivo de preocupación diaria de los trabajadores/as agrícolas".

El texto completo de su exposición está disponible aquí en formato pdf.