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La financiarización y el descontento de sus inversores

24.11.11 Editorial
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Kellogg's, el fabricante estadounidense de cereales y snacks anunció que invertirá USD 70 millones en mejoras de fabricación no especificadas y los inversores braman furiosos. Reuters informó el 3 de noviembre  (Kellogg reduce sus previsiones luego de recortar demasiados puestos de trabajo) que la compañía "Redujo demasiados puestos de trabajo en años recientes, lo que ha provocado problemas – incluidos temas de seguridad alimentaria – que ahora debe solucionar realizando grandes gastos, haciendo descender sus acciones casi un 7 por ciento".

John Bryant, Ejecutivo de Kellogg's, según el artículo, "dijo que la compañía 'recortó más de lo que debía haber hecho' y ahora esta revirtiendo la tendencia a fin de reintegrar gente a las fábricas. Dijo que la compañía también está mejorando la capacitación de los empleados y la interacción con los proveedores."

"Esos USD 70 millones fueron una sorpresa para (Wall Street); pero creo que fue, absolutamente, lo correcto", agregó.

El artículo pasa luego a describir la teleconferencia con los inversores, donde los analistas expresaron conmoción y cólera. Se cita a un indignado analista del Deutsche Bank que dice "¿Por qué está sucediendo? ¿Y, cómo es posible que ustedes no reconocieran esto hace – digamos - nueve o diez meses, cuando estuvieron aquí? Parece que cuantas más piedras se dan vuelta, se descubren peores cosas. Y es asombroso que una compañía como Kellogg, con su reputación, esté pasando por esto."

Ni la compañía, ni los inversores se sorprenderían si leyeran su propio material y sus períodos de concentración extendidos más allá del trimestre financiero. Durante años, Kellogg's ha recortado en inversión, tercerizando la producción a plantas no sindicalizadas y fabricantes por contrato y, en general, recortando presupuestos. Una década o más de turbios ahorros en los costes se detalla en los informes anuales de la empresa, pero los analistas nunca leen más allá de las utilidades por acción. Partidarios de la masacre perpetrada contra la inversión y el empleo, ahora se sienten horrorizados ante la sangre derramada.

En su presentación financiera reglamentaria para el año fiscal 1999, Kellogg's citó la reducción de inversión en capital como uno de los ingredientes generadores de un crecimiento de dos dígitos en los ingresos por acción. “Compren”, dijeron los analistas.

Avanzando rápido a la presentación reglamentaria del 2011, que registra 5 años en los cuales el gasto de capital, ya en un bajo nivel histórico de 4,15% de ventas netas en 2006, descendió al 3,82% en el año 2010.

Las cifras sobre un menor gasto de capital sólo cuentan parte de la historia. Otra parte – la sistemática tercerización de la fabricación – se registra en el aumento del gasto bajo el rubro “capital no cancelable y arriendos operativos”. Si no fuera por el requisito legal de informar sobre el empleo y las obligaciones en materia de jubilación de la compañía, los empleados desaparecerían por completo en el rubro “gastos diversos de hacer negocios” – el destino contable de los trabajadores “arrendados”.

¿Están sorprendidos los inversores de que la compañía haya estado reduciendo las inversiones y recortando presupuestos en la fabricación? En 2009, Kellogg's anunció orgullosa, su nuevo sistema de producción ajustada, K LEAN, que "Procura optimizar la red de fabricación global de la Compañía, reducir el desperdicio, desarrollar mejores prácticas a nivel global y reducir el gasto de capita". Como era predecible, por este sistema “ajustado” de producción de alimentos, surgieron problemas de seguridad del producto. Los analistas se sentían felices en tanto los informes se mantuvieran fuera de las noticias y Kellogg's anunció el enésimo incremento consecutivo de dividendos. Los sindicatos advirtieron sobre las consecuencias que los despidos, la tercerización y la reducción de las inversiones podían tener sobre la seguridad del producto, pero nadie escuchaba.

Ahora los analistas están indignados de que 70 millones de dólares se inviertan en plantas y equipamiento – dinero que consideran pertenece a los accionistas. Pero setenta millones son una gota en el océano frente a las recompras accionarias que la compañía reportó con regocijo para el 2009, un año de reclamos de productos por problemas de seguridad: "Nuestra Junta de Directores autorizó recompras de mercadería de hasta USD 650 millones para el 2009. Durante el 2009, gastamos USD 187 millones para comprar aproximadamente 4 millones de acciones comunes. La porción no utilizada de lo autorizado para 2009, que alcanzaba  USD 463 millones, fue prorrogada y se encuentra disponible para ser utilizada en el año 2010. La Junta de Directores autorizó un programa adicional de recompra de acciones de hasta USD 650 millones alcanzando la autorización de recompra accionaria para 2010, el total de USD 1.113 millón…".

En febrero del 2011, se detectó listeria en los productos fabricados, en una planta no sindicalizada de Georgia. Los analistas no le prestaron atención. Fueron los USD 70 millones reservados para inversión y capacitación – dinero que era por derecho suyo – lo que los sacó de su ensueño.

La subordinación de la inversión y el empleo a la exigencia de ‘valor accionario’ a veces se describe como ‘corto-plazismo’. La historia de Kellogg's muestra hasta qué punto ha sido comprimido, de anual a trimestral, al precio accionario de hoy. "¿Cómo es posible que no reconocieran esto, digamos, hace nueve o diez meses?". La gratificación instantánea exige amnesia. Si usted recuerda la última teleconferencia, usted no estuvo allí.