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La UITA condena el atentado de Ankara como un brutal ataque al movimiento laboral, la paz y la democracia

12.10.15 News
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Dos explosiones de bombas al comienzo de una manifestación por "Trabajadores, Paz y Democracia" en Ankara, Turquía, el sábado 10 de octubre, según cifras oficiales al momento de escribir esta nota, se cobraron la vida de 95 personas y hay cientos de heridos.  Dos organizaciones sindicales, DISK y el sindicato del sector público KESK, se encontraban entre los organizadores de la manifestación, en la que también participaban asociaciones profesionales de médicos y arquitectos. Las dos organizaciones sindicales convocaron a una huelga de dos días desde el lunes para condenar el ataque y permitir que la gente asista a los funerales. La UITA está de luto junto con los familiares, compañeros y amigos de las víctimas.

La violencia y la criminalización de la disidencia democrática se han intensificado en Turquía desde que el avance electoral del Partido Democrático del Pueblo HDP pareció frustrar el impulso del presidente Erdogan para instalar un poder ejecutivo autoritario. Los atentados del 10 de octubre marcan una nueva escalada aún más peligrosa.

Los buenos resultados electorales del Partido HDP no sólo bloquearon los planes del partido gobernante para profundizar su control institucional sobre el poder, como una alternativa de amplia base democrática al discurso y los métodos del AKP y sus aliados, sino que el Partido HDP representa un profundo desafío para todo el sistema.

Las bombas y la violencia colectiva plagaron la campaña electoral, con Erdogan denigrando a sus oponentes como "terroristas, marginales, gays y ateos." No ha habido procesamientos. La retórica agresiva, la represión a la disidencia democrática y los ataques a las libertades civiles se han intensificado desde las elecciones y en los preparativos para las nuevas elecciones de noviembre. Los atentados de Ankara tuvieron un largo período de incubación.

El gobierno condenó el atentado y prometió una investigación, todo ello dentro del marco de su "guerra contra el terrorismo" que ha neutralizado la crítica de los gobiernos occidentales a sus métodos violentos y autoritarios. Nadie debería contener la respiración. La protección policial era deficiente mientras se realizaban los preparativos para la marcha; hay testigos que confirman que después de las explosiones la policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua contra los manifestantes, lo que impedía que las personas heridas y agonizantes recibieran atención médica inmediata.

La UITA extiende su plena solidaridad y apoyo a nuestros compañeros y compañeras en Turquía. En este momento las organizaciones sindicales de todo el mundo tenemos que insistir en que se ejerza toda la presión internacional posible sobre Turquía para asegurar que el gobierno proporcione seguridad a todos los ciudadanos y respete los derechos democráticos fundamentales.