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COVID-19: OMC-FAO-OMS soslayan un decisivo eslabón en la cadena de proveedores de alimentos

06.04.20 Editorial
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El 31 de marzo, la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) pidieron conjuntamente una acción internacional coordinada para mantener el suministro internacional transfronterizo de alimentos durante la crisis de COVID-19, lo que incluye el flujo sin trabas de trabajadoras y trabajadores migrantes, quienes sostienen la agricultura global. La UITA le escribió a estos organismos para resaltar una extremadamente irresponsable omisión en su llamado a la "responsabilidad": la total ausencia de medidas de defensa que protejan las vidas, la seguridad y los medios de sustento de trabajadoras y trabajadores agrícolas, de cuya labor depende la seguridad alimentaria.

En la carta de fecha 1° de abril, dirigida a la FAO y la OMS, la UITA señala especialmente que en la crisis de COVID-19 convergen la seguridad alimentaria, la salud y seguridad en el trabajo, y la salud pública. Con el cierre de fronteras y el colapso de los mercados, estos organismos están descubriendo que los trabajadores y trabajadoras, que normalmente se consideran "no calificados", explotables y descartables, son, de hecho, indispensables. Sin embargo, no arriban a las conclusiones necesarias. Proteger la seguridad alimentaria exige medidas coordinadas para proteger a las trabajadoras y los trabajadores de la alimentación, entre ellos y ellas casi 500 millones de asalariadas y asalariados que trabajan en establecimientos de todos los tamaños, plantaciones, huertas, invernaderos y en la producción de ganado y productos lácteos.

“Debe haber importante financiamiento abierto de los gobiernos nacionales y de las instituciones internacionales a disposición de inmediato para garantizar adecuada protección y un trabajo seguro para la población trabajadora agrícola como medida elemental para salvar vidas y proteger la salud pública y la seguridad alimentaria”, dice nuestra carta. Se necesitan esfuerzos urgentes para garantizar que la población trabajadora tenga acceso a adecuada vivienda, con espacio para la cuarentena y el distanciamiento social mientras duerme y come, agua potable y servicios sanitarios adecuados en el trabajo y fuera de él, atención médica gratuita, transporte seguro, prácticas laborales seguras y protección de sus ingresos. "Estas medidas de protección son más urgentes aún en una situación en la que gran cantidad de personas sin experiencia se arriesgan a ser empleadas en trabajos agrícolas para los que están mal equipados y se arriesgan a depredación económica y social, además de prácticas laborales peligrosas y vivienda y transporte inseguros."

Estas medidas, que llevan un gran retraso, acentúa la carta, no son nuevas; se basan en las normas de la OIT. Es imperioso que exista cooperación y coordinación entre la OIT, la FAO y la OMS. La protección de la salud y la seguridad, los ingresos y la seguridad social de trabajadoras y trabajadores en toda la cadena alimentaria son tan fundamentales para proteger la seguridad alimentaria como lo son para proteger la salud pública. Se necesita con urgencia actuar conjuntamente, concluye la carta, y la UITA y sus organizaciones afiliadas reclaman el derecho a participar activamente en todos los niveles.