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Monsanto a juicio

24.07.18 Editorial
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StopglyphosateEl juicio de Dewayne Johnson c. Monsanto Co. está ahora en marcha en un tribunal federal de San Francisco, California, dos años y medio después de que se presentara la demanda. Johnson, el exjardinero de una escuela cuyos médicos creen que puede quedarle poco tiempo de vida, comenzó su trabajo en 2012. En el trabajo tenía que aplicar de manera periódica el herbicida Roundup de Monsanto, cuyo ingrediente activo es el glifosato. En 2014, a la edad de 42 años, le diagnosticaron linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer de sangre poco común.

El caso es excepcional en varios aspectos. El juez que preside el tribunal estableció que los jurados pueden considerar pruebas sobre los esfuerzos de Monsanto para ocultar la toxicidad potencial del producto para llegar a un veredicto. Además del juicio de Johnson, se han presentado en tribunales de Estados Unidos alrededor de 4,000 demandas que alegan que la exposición al glifosato condujo al linfoma no Hodgkin. Prácticamente todas las empresas de agroquímicos importantes venden una formulación de glifosato. Y ahora Monsanto pertenece en su totalidad a la alemana Bayer. El alcance de la responsabilidad potencial para los fabricantes de glifosato es, por lo tanto, enorme.

La demanda de Johnson sostiene que Monsanto "defendió datos falsificados y atacó estudios legítimos" sobre los efectos tóxicos del glifosato, y dirigió una "prolongada campaña de desinformación" para convencer a gobiernos, consumidores y agricultores de que el producto era seguro.

Monsanto ha estado promoviendo sus formulaciones de glifosato como inofensivas desde que se comercializaron por primera vez en la década de 1970. La promoción se intensificó en la década de 1990, cuando las ventas de glifosato se dispararon con la introducción de las variedades de soja, maíz, algodón, colza (canola) y remolacha azucarera, todas genéticamente modificadas de Monsanto, diseñadas para ser resistentes al glifosato. Pero la campaña de desinformación se puso en marcha después de que el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IACR por su sigla en inglés) de la Organización Mundial de la Salud publicara un informe en marzo de 2015, en el que clasificaba al glifosato como "probablemente cancerígeno para los seres humanos".

Los documentos internos de la compañía obtenidos por los abogados de Johnson se hicieron públicos en la fase preparatoria del juicio en marzo de 2017. La base del informe de la investigación sumaria “The Monsanto Papers” fue publicado por Le Monde en junio de 2017 (disponible aquí en idioma inglés y aquí. Se desclasificaron más documentos y se hicieron públicos en agosto de 2017 (disponibles en idioma inglés aquí).

Los documentos ampliados de Monsanto constituyen un esfuerzo sistemático financiado en forma abundante para desacreditar el trabajo del IARC y en última instancia cortar la financiación, operando a través de una red de propagandistas, grupos de fachada y "think tanks" de derecha vinculados al sector químico, agroquímico y a las industrias de alimentos y sus grupos de presión. Monsanto amenazó a científicos independientes, plantó artículos escritos por fantasmas en revistas académicas e intimidó y trató de apoderarse (a menudo con éxito) de organismos reguladores en todos los niveles. Con el advenimiento de la administración Trump y con un Órgano de Protección Ambiental de Estados Unidos comprometido con la erradicación de la protección de la seguridad de trabajadores, trabajadoras, consumidores y de la regulación ambiental, la campaña se amplió a un ataque más general contra la salud pública, la toxicología y la investigación del cáncer. El informe “The Monsanto Papers” rastrea los vínculos orgánicos entre la operación de glifosato y los esfuerzos corporativos para combatir la regulación de otros tóxicos que impregnan nuestros lugares de trabajo y nuestras vidas.

Monsanto ha ampliado su ofensiva para dirigirla a los críticos de la sociedad civil y tratar de silenciarlos. A principios de este año, en relación con otro juicio similar en Estados Unidos contra esa compañía, los abogados de Monsanto exigieron que la organizadora de campañas en línea Avaaz entregara todas las comunicaciones internas que hacían referencia a la compañía o al glifosato "sin limitación".

Los miembros del Parlamento Europeo convocaron a una audiencia especial en octubre pasado para evaluar los procesos de revisión regulatoria de la Unión Europea a la luz de la primera entrega del contenido del informe Monsanto Papers. No fue suficiente para evitar la reautorización del uso de glifosato un mes después. Con los nuevos documentos de la compañía en el dominio público, tendrían que volverse a convocar audiencias en Europa y en todo el mundo.