El 20 de junio, las tres mayores confederaciones sindicales belgas, incluidas muchas afiliadas a la UITA, unieron sus fuerzas para llevar a cabo la mayor huelga general de los últimos 10 años, con más de 80.000 trabajadores y trabajadoras que salieron a las calles de Bruselas para exigir aumentos salariales reales.
Desde 1996 y con modificaciones clave en 2017, una ley ha bloqueado las negociaciones salariales reales en Bélgica al garantizar que los aumentos salariales se limiten a un cálculo basado en los salarios de los países vecinos. Esta ley se aplica a todos los sectores e impone un estándar máximo sin tener en cuenta los posibles beneficios o las presiones inflacionistas y el rápido aumento del coste de la vida. Los trabajadores y trabajadoras exigen una parte justa por sus esfuerzos.
- En 2021, el aumento salarial máximo fue del 0,4%, con una previsión de aumento salarial máximo en 2023 del 0%.
- En 2021, los salarios de los directores generales de BEL20 (las 20 mayores empresas belgas) aumentaron un 14,4% de media
- En 2021, más de la mitad de las empresas belgas aumentaron el pago de dividendos y los márgenes de beneficio de las empresas belgas superaron a los de los países vecinos desde 2015
Nidal El Amrani, trabajador del sector de la restauración y miembro del sindicato, declaró: "Nuestro sector se ha visto muy afectado por la crisis del COVID-19, y nuestro empleador decidió rápidamente recurrir al despido colectivo. Ahora tenemos que volver a trabajar, y debido a la falta de personal, estamos haciendo el trabajo de 3 personas. Esto por un salario que no corresponde. Queremos que se nos valore".
