Publicado: 13/07/2021

Al menos 53 trabajadores y trabajadoras han muerto y muchos más han resultado heridos en un incendio que arrasó la fábrica de Hashem Foods en Rupganj, cerca de Dacca. Dado que un gran número de niños estaban empleados ilegalmente como mano de obra infantil en la fábrica, el número real de muertos y heridos sigue siendo desconocido. Los familiares siguen buscando a los trabajadores y trabajadoras desaparecidas, en su mayoría mujeres y niñas.

  • Alimentado por los productos químicos y plásticos altamente inflamables almacenados en la fábrica, el incendio, que comenzó el 8 de julio, ardió durante dos días. Las primeras investigaciones confirman que las puertas de al menos dos plantas estaban bloqueadas, el portón principal estaba bloqueado y niños de hasta 11 años trabajaban en la fábrica. En un intento desesperado por escapar de las llamas, algunos trabajadores y trabajadoras se vieron obligados y obligadas a saltar desde los pisos superiores del edificio de seis plantas.
  • Hashem Foods, que forma parte del grupo de empresas Sajeeb, produce productos de marca como Oreo, Tang y Cadbury Bournvita, marcas que son propiedad de Mondelēz. Sin embargo, la página del sitio web de la empresa que confirmaba estas relaciones fue retirada a las pocas horas de conocerse el incendio.
  • Las afiliadas de la UITA en Bangladesh respondieron rápidamente al desastre. Formaron el Comité de Justicia de los trabajadores y las trabajadoras del Grupo Sajeeb y piden una investigación independiente sobre la violación de los derechos de trabajadores y trabajadoras, incluidos los derechos de salud y seguridad en la fábrica de Hashem Foods, así como en todas las fábricas operadas por el Grupo Sajeeb, y que se emprendan acciones legales contra los responsables.
  • La Comisión de Justicia también exigió que se cubrieran los costes de todos los tratamientos médicos necesarios y se indemnizara a los trabajadores y trabajadoras heridas y a las familias de los trabajadores y trabajadoras fallecidas.
  • La UITA pide a las empresas mundiales que tienen una relación comercial con Hashem Foods que apoyen las demandas de una investigación completa sobre el incendio, que se comprometan a pagar una indemnización y que trabajen con la UITA para encontrar soluciones efectivas a los problemas de salud y seguridad laboral generalizados y de larga data en las fábricas de alimentos de Bangladesh.

"Este insensible desprecio por la vida humana en las fábricas de alimentos de Bangladesh lleva demasiado tiempo produciéndose y debe terminar. Los empresarios pueden hacer caso omiso de las leyes de salud y seguridad y despreciar las medidas posteriores a Rana Plaza porque pueden suprimir fácilmente el derecho a la libertad de asociación y crear un clima de miedo. Si a este miedo le añadimos la pobreza extrema, tenemos la espantosa situación de las fábricas de alimentos en las que se explota a niños de hasta 11 años como mano de obra infantil. Ahora estos niños, junto con los adultos trabajadores y trabajadoras, han sido asesinados como resultado directo de la represión sistemática de los derechos de trabajadores y trabajadoras. Hay que poner fin a esta situación", declaró el Secretario Regional de la UITA para Asia y el Pacífico, Hidayat Greenfield.

Foto: Mohammad Ponir Hossain/Reuters

Este desprecio insensible por la vida humana en las fábricas de alimentos de Bangladesh lleva demasiado tiempo produciéndose y debe terminar. Los empresarios pueden ignorar las leyes de salud y seguridad y hacer caso omiso de las medidas posteriores a Rana Plaza porque pueden suprimir fácilmente el derecho a la libertad de asociación y crear un clima de miedo. Si a este miedo añadimos la pobreza extrema, tenemos la espantosa situación de las fábricas de alimentos, donde niños de tan sólo 11 años son explotados como mano de obra infantil. Ahora estos niños, junto con los adultos personas trabajadoras, han sido asesinados como consecuencia directa de la represión sistemática de los derechos de personas trabajadoras. ¡Hay que acabar con esto!
El Secretario Regional de la UITA para Asia y el Pacífico, Hidayat Greenfield.