Publicado: 30/04/2021

Aunque la pandemia de la COVID-19 ha imposibilitado este año nuestras formas tradicionales de celebración en la mayor parte del mundo, nuestro espíritu de solidaridad no será vencido este Primero de Mayo, ya que volvemos a comprometernos con las luchas urgentes por la justicia, la igualdad y la paz.

Hoy también es el momento de pensar en aquellos que no pueden celebrar el Primero de Mayo, incluyendo todos los y las trabajadoras que han perdido la vida a causa de la COVID-19. Y políticamente, ya que la lucha mundial entre la democracia y el autoritarismo se ha intensificado con la represión china de todas las formas de expresión democrática en Hong Kong y con el asalto asesino de la dictadura militar de Myanmar contra su propio pueblo para mantener su control represivo, trabajadores y trabajadoras en Hong Kong y Myanmar se les niega su derecho a participar en el Primero de Mayo.

Mientras lloramos los 3 millones de compañeras y compañeros que hemos perdido por la pandemia, también debemos centrarnos en las lecciones que hemos aprendido este último año. La COVID-19 ha sido un acelerador, agudizando e intensificando las luchas que ya estábamos librando. La destrucción del medio ambiente desencadena enfermedades zoonóticas que ponen en peligro la vida y los medios de subsistencia de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo, lo que nos recuerda que el movimiento sindical debe movilizarse ahora para ayudar a resolver la crisis climática. La salud y la seguridad, piedra angular de los primeros movimientos sindicales, ha saltado a la palestra ya que el trabajo se ha convertido de nuevo en una propuesta de vida o muerte. El aumento del acoso sexual y de la violencia doméstica, así como los crecientes ataques contra trabajadores y trabajadoras de la LGBTI han reforzado nuestros compromisos para acabar con la violencia de género y nos han demostrado que debemos aumentar nuestro trabajo por la igualdad. El aumento de las tasas de hambre nos recuerda lo roto que está nuestro sistema alimentario, ya que los y las trabajadoras de alimentos, del arado al plato, mantienen al mundo alimentado mientras luchan por los derechos en el trabajo y la comida para sus propias familias.

También hemos visto durante la pandemia la aceleración de las polarizaciones económicas y políticas ya en marcha. Los ricos se han hecho mucho más ricos, y la riqueza personal del hombre más rico del mundo ha aumentado en 70.000 millones de dólares, hasta alcanzar la asombrosa cifra de 201.000 millones de dólares. Los ciudadanos de los países ricos se están vacunando mucho más rápido que los de los países pobres. La élite mundial se niega a tomar medidas de equiparación, como la exención de los ADPIC en la OMC, que aceleraría la vacunación mundial. El resultado es que las perspectivas económicas de los países ricos mejoran cada día mientras los países pobres se quedan más atrás.

El Primero de Mayo celebramos el espíritu de lucha del movimiento sindical. Celebramos a nuestros compañeras y compañeros en Hong Kong que marchan a la cárcel defendiendo la democracia con desafío. Celebramos a nuestras compañeras y compañeros bajo asedio en Myanmar que continúan la resistencia a pesar de las adversidades. Celebramos las innumerables victorias en el lugar de trabajo este año, grandes y pequeñas, para nuevos sindicatos, para nuevos convenios colectivos, para equipos de protección, para el pago por enfermedad, para los derechos de retirada, para la atención sanitaria. Celebramos la nueva ley contra la subcontratación en el sector cárnico en Alemania y las nuevas leyes que regulan la economía del trabajo en el Reino Unido. Miramos hacia adelante, hacia las victorias aún no realizadas que elevarán los derechos de las personas por encima de las demandas de los inversores por beneficios excesivos, por las protecciones sociales para todos, por la igualdad de acceso a las vacunas, por las protecciones de la salud y la seguridad como un derecho fundamental para cada persona que trabaja, por un planeta saludable donde los sindicatos y los derechos democráticos formen la base de una sociedad justa e igualitaria.

Celebramos los derechos que tenemos, el resultado de tantas generaciones de lucha, y volvemos a comprometernos con nuestras luchas actuales, la base de los derechos que algún día disfrutarán los trabajadores y las trabajadoras del futuro.

Feliz Día de Mayo, compañeras y compañeros!

Celebramos los derechos que tenemos, el resultado de tantas generaciones de lucha, y volvemos a comprometernos con nuestras luchas actuales, la base de los derechos que algún día disfrutarán los trabajadores y las trabajadoras del futuro.