Publicado: 16/04/2010
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Nestlé, la mayor empresa de alimentación del mundo, se está forrando. Los resultados de 2009 anunciados recientemente muestran unas ventas que superan los 102.000 millones de dólares (94.600 millones en la división principal de alimentos y bebidas), unos beneficios de explotación de 14.850 millones (más que el año anterior), unos márgenes (muy apreciados por los analistas financieros) que alcanzan un envidiable 14,6%, y un impresionante aumento del 67% del flujo de caja, que pasa de 6.810 millones de dólares en 2008 a 16.930 millones en 2009.

También está Nespresso, la estrella emergente entre las marcas de Nestlé, con un crecimiento de las ventas de más del 22% el año pasado, una previsión de 2.830 millones de dólares en ventas este año, ¡y sin competencia! La expansión de este año llevará la "experiencia sensorial y de marca" de Nespresso al África subsahariana.

¿Adónde irá a parar todo este dinero? A Nesbuybacks, por supuesto. Nestlé gastará 9.460 millones de dólares en la compra de sus propias acciones este año con el único propósito de canalizar el enorme flujo de caja de la empresa directamente a las manos de los accionistas. Las recompras, por supuesto, también aumentan la remuneración de los ejecutivos. El año pasado, el director general Paul Bulcke, además de su "salario base" de casi 2 millones de dólares y casi medio millón de bonificación en efectivo, recibió unos 8 millones de dólares en diversas acciones y opciones. También recogió tres cuartos de millón de dólares de contribución a las futuras prestaciones de jubilación, más de lo que el trabajador jubilado más longevo de Nestlé esperaría ver en su vejez.

¿Qué más? Además de las recompras, está el pago de dividendos: un aumento del 14,3% para un pago total de más de 5.200 millones de dólares (en comparación con sólo 4.735 millones en 2008). Esto sitúa el ratio de reparto, la relación entre los dividendos y los beneficios, en más del 51%.

Los dividendos en muchas grandes empresas han tendido a disminuir a medida que la recompra de acciones se ha convertido en la herramienta preferida para "devolver el valor" a los accionistas. No así en Nestlé, donde el famoso "modelo Nestlé" consigue lo mejor de ambos.

Aunque la mayoría de los accionistas están encantados con los resultados, algunos quieren saber un poco más sobre la naturaleza de las relaciones con los proveedores de las que se alardea en el último folleto de "Creación de valor compartido". O por qué, si la empresa está realmente "preocupada" por la "destrucción de las selvas tropicales y los campos de turba causada por las plantaciones de aceite de palma", parecía más preocupada por la violación de los derechos de autor que por su cadena de suministro en respuesta a la campaña de Greenpeace sobre el aceite de palma.

Los asesores de inversiones éticas que lean la última "Creación de Valor Compartido" tal vez quieran saber por qué, si la empresa concede tanta importancia a los Convenios de la OIT, Nestlé ha estado en el banquillo de los acusados de la OCDE más veces que cualquier otra empresa por, según la UITA, violar esos Convenios, y por tanto violar las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales.

Otros empiezan a cuestionar la famosa arrogancia de Nestlé, que el pasado mes de septiembre hizo que el presidente de Nestlé, Brabeck, amenazara con retirarse de Suiza si el gobierno se planteaba siquiera limitar la remuneración de los ejecutivos. En la reciente asamblea de accionistas, Brabeck declaró: "Nestlé es importante para Suiza, pero permítanme también decir claramente que Suiza es importante para Nestlé. Este país tiene una clara ventaja como domicilio por su sistema legal bien equilibrado y flexible", ideal para crear valor para los accionistas. Brabeck expresó su "confianza en que el Parlamento suizo y el pueblo suizo encontrarán una solución razonable a las reformas que se están debatiendo actualmente". ¿Nespresa? - ¡por supuesto! Nestlé es importante para Nestlé.

Esa misma arrogancia corporativa lleva a la gerencia de Nestlé en Rusia a ignorar una solicitud formal en el parlamento federal ruso para que la compañía reincorpore al dirigente sindical victimizado en Nestlé Waters, cerca de Moscú, y para que deje de atacar y comience a negociar con el sindicato en ese lugar. La misma arrogancia lleva a la gerencia de Nestlé en Indonesia a ignorar durante más de dos años y medio la demanda de negociar salarios con el sindicato en la fábrica de Nescafé en Panjang, Indonesia, donde la gerencia ha sostenido que los salarios eran un "secreto comercial". Frente a la evidente ilegalidad de esta posición con respecto a los Convenios de la OIT y los derechos laborales que dice respetar, Nestlé insiste ahora arrogantemente en incluir como condición para las negociaciones largamente postergadas la participación de un "sindicato" que creó y controla con el único propósito de socavar al sindicato que ha liderado la lucha por los derechos personas trabajadoras en la fábrica.

Y Nestlé personas trabajadoras en todo el mundo se pregunta cada vez más por qué, cuando este año se canalizan unos 15.000 millones de dólares a los accionistas, se invierte tan poco en los empleados, que son la columna vertebral de esta empresa tan rentable.

Nespressure, al parecer -exprimir personas trabajadoras y suprimir derechos- sigue siendo parte integrante del "modelo Nestlé".