Publicado: 20/06/2020
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El 21 de junio de 2020 es la fecha del primer aniversario de la adopción por la Conferencia Internacional del Trabajo del Convenio 190 (C190) y de la Recomendación 206 (R206 ) sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Cuando Estados como Uruguay, Argentina o Finlandia anunciaron la ratificación de la C190, ¿quién podía imaginar que esta conmemoración se celebraría en un contexto poco propicio para una celebración alegre? La pandemia del COVID-19 afecta mucho a los trabajadores de la UITA y a sus familias. Algunos gobiernos se aprovechan para limitar los derechos sindicales y para reducir los espacios civiles, mientras que los afiliados de la UITA luchan por preservar la salud y la seguridad de los trabajadores, para salvar su empleo.

Sin embargo, el C190 y el R206 son más actuales que nunca.

Por una parte, las crisis son propicias al aumento de la violencia y el acoso en el trabajo y en la sociedad, como se observa actualmente. Los afiliados de Malawi, por ejemplo, han denunciado un aumento de los casos de acoso sexual en las plantaciones de té. Gracias a las formaciones de sensibilización contra la violencia sexual organizadas por estas últimas, las trabajadoras han podido denunciar estos casos y, tras una investigación, el golpe ha sido destituido. En los Estados Unidos, pero no sólo, el robo afecta cada vez más a las mujeres que a los hombres, y hay que pedir que estas mujeres no sean obligadas a aceptar ningún trabajo en ninguna condición, limitando aún más su margen de maniobra. Estos últimos meses, en todo el mundo, los índices de violencia doméstica se han disparado.

Por otra parte, desde el comienzo de la crisis los sindicatos se movilizan para que no haya una vuelta a la normalidad porque la normalidad es justamente el problema. En esta norma, la violencia ejercida por un cliente se tolera porque "el cliente es el rey", una compañera a la que el ex-conjunto acosa hasta su lugar de trabajo es rechazada porque no es demasiado productiva...

Estas dos normas proponen disposiciones prácticas que los sindicatos deben aplicar para poner fin a la violencia y al acoso y negociar un marco sólido que permita construir una de las bases indispensables de un mundo más resistente a las próximas crisis económicas y sociales.

" Un año después de la adopción del Convenio 190, redoblamos nuestros esfuerzos para seguir luchando por su ratificación por parte de los gobiernos y su plena aplicación para lograr una sociedad más justa", afirma Patricia Alonso, Presidenta del Comité de Mujeres de la UITA.