Published: 05/12/2011
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Al tiempo que los gobiernos se preparan para la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a celebrarse en Ginebra del 15 al 17 de diciembre, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, ha emitido una serie de recomendaciones para reacondicionar las reglas mundiales de comercio, si es que los gobiernos han de cumplir su obligación de asegurar el derecho a la alimentación en un mundo cada vez más hambriento.

“La seguridad alimentaria es el elefante en la sala al que la OMC tiene que hacer frente,” declaró De Schutter. “El comercio no dio de comer a los hambrientos cuando la comida era barata y abundante y es menos capaz de hacerlo ahora que los precios se dispararon. Las importaciones mundiales de productos alimentarios sumarán 1,3 billones de dólares en el 2011, en tanto que las facturas de las importaciones de alimentos de los países menos adelantados se elevaron más de un tercio durante el último año.”

“El aumento de los aranceles, las restricciones temporales a la importación, las compras estatales a los pequeños agricultores, las juntas activas de comercialización, los sistemas de redes de seguridad y las subvenciones específicas a la agricultura son vistas cada vez más como medidas vitales para rehabilitar la capacidad de producción local de alimentos en los países en desarrollo.”

Pero las normativas de la OMC dejan poco espacio para que los países en desarrollo apliquen estas medidas. “Si bien ciertas políticas no son en sí excluyentes, son ciertamente desalentadas por la complejidad de las normas y la amenaza de sanciones legales,” argumentó De Schutter. “Los actuales esfuerzos para consolidar las reservas alimentarias de ayuda humanitaria a África tienen que realizarse con pies de plomo en torno al libro de las normas de la OMC. Este es el mundo al revés. Las normas de la OMC deberían girar en torno al derecho humano a la alimentación adecuada y no al revés”.

“Se trata de un problema de principios: la OMC continúa procurando la meta obsoleta de incrementar el comercio por sí mismo, en lugar de fomentar un crecimiento del comercio únicamente en la medida que aumente el bienestar humano. Es por ello que considera a las políticas de seguridad alimentaria como un desvío inoportuno de su camino. Por el contrario, necesitamos un entorno propicio para adoptar políticas valientes que mejoren la seguridad alimentaria.”

Las recomendaciones de políticas del Relator Especial hacen eco de gran parte del análisis planteado en la publicación de la UITA del 2002: “La OMC y el sistema mundial de alimentación”, la cual examinó el impacto de las normas de la OMC y los tratados afines de comercio e inversiones al violar el derecho a la alimentación y propuso “una agenda común para un sistema mundial alimentario que garantice el derecho de todos a alimentos adecuados, inocuos y nutritivos, al mismo tiempo que proteja y defienda los derechos y el sustento de los trabajadores dedicados a la producción alimentaria”.

La Nota Informativa del Relator Especial titulada “La Organización Mundial del Comercio y la Agenda global post-crisis alimentaria: Cómo colocar la seguridad alimentaria en lo más alto del sistema alimentario” se encuentra a disposición en idioma español aquí.

En el 2008, De Schutter presentó su excelente informe sobre “Los Agronegocios y el Derecho a la Alimentación” a la reunión anual del Comité Ejecutivo de la UITA, instando específicamente a las organizaciones sindicales a aplicar sus recomendaciones.