Published: 21/08/2020
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Decenas de miles de personas participan en Belarús en protestas en sus lugares de trabajo y en las calles. Las protestas fueron provocadas por el fraude electoral del 9 de agosto, que dieron ganador al presidente en funciones, Alexander Lukashenko, con el 80% de los votos.

A menudo descrito como el último dictador de Europa, Lukashenko ha gobernado Belarús por 26 años con vara de hierro, aplastando toda oposición. Su gobierno ha recibido amplias críticas en la OIT y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por enormes violaciones de la libertad sindical y el uso del trabajo forzoso.

Los manifestantes piden que se vaya Lukashenko y que se establezca la democracia. Se han enfrentado a la violencia y la represión del estado. Más de 7.000 manifestantes marcharon a la cárcel y recibieron golpes brutales.

Pero todas estas personas que se manifiestan se niegan a ser intimidadas. El pequeño movimiento sindical independiente de Belarús ha convocado a una huelga general y ha instado a trabajadoras y trabajadores a abandonar las estructuras que fomenta el estado como la Federación de Sindicatos de Belarús y la Unión de Jóvenes Republicanos de Belarús .

“Afíliense a sindicatos independientes en sus lugares de trabajo y, si no hay uno, organícenlo. Si permanecen en esas organizaciones, en realidad están confirmando su apoyo a Alexander Lukashenko”, sostenía Maksim Poznyakov (en la foto a la izquierda), presidente del Sindicato Independiente Beloruso de trabajadoras y trabajadores de la minería, química, refinación de petróleo, transporte, construcción y afines (BITU) afiliado a la UITA.

BITU pide a los trabajadores y trabajadoras que organicen reuniones masivas y declaren ante la Comisión Electoral Central “que no confían” en los resultados de las elecciones. El sindicato también pide “el cese de la agresión y la violencia por parte de los servicios de seguridad, garantías de seguridad para trabajadoras, trabajadores y sus familias, garantías de que nadie será despedido porque se lo lleva la policía en las calles”.

La UITA apoya a su afiliada y a los trabajadores y trabajadoras de Belarús en su lucha por la democracia y un movimiento sindical independiente.

La UITA condena la violencia y la represión del estado. Tienen que terminar ya. Lukashenko se tiene que ir y hay que sancionar a las autoridades bielorrusas que dirigieron las elecciones fraudulentas, así como a los responsables de la violenta represión política.