Muere agricultor coreano, Baek Nam-gi, defensor de los derechos y víctima de la violencia estatal

El 25 de septiembre, el agricultor coreano y defensor de los derechos Baek Nam-gi falleció a raíz de las heridas recibidas de la policía cuando se utilizaron fuerzas masivas contra una manifestación nacional en Seúl el pasado mes de noviembre. Luego de ser derribado por un cañón de agua, la policía continuó bombeando a él y a los manifestantes que intentaron acercarse para asistirlo. Baek fue llevado, inconsciente al hospital, donde permaneció en coma durante 317 días.

Un luchador permanente en favor de la democracia y la defensa de los sustentos rurales, Baek fue expulsado de la universidad por protestar contra la dictadura militar de Park Chungh-hee (el padre del actual Presidente Park Geun-hye) y encarcelado bajo la dictadura de Chun Doo-hwan, quien lo sucedió.

Sus defensores se congregaron frente al hospital tras los intentos de la policía de incautar el cuerpo para una autopsia, con el presunto propósito de sostener que la causa de la muerte no estaba ligada al embate con el cañón de agua. Aún después que este intento de encubrimiento post-mortem fue rechazado por la familia y los partidarios y rebatido por la corte, la policía y la Fiscalía renovaron su petición para una orden de autopsia, la cual puede ser ejecutada sin el consentimiento de la familia. Actualmente la petición está pendiente.

Baek Nam-gi fue golpeado en la cabeza por un cañón lanza agua policial.

El Director Regional en Asia Oriental de Amnesty Internacional que defiende este caso, Nicholas Bequelin, afirmó que la muerte de Baek "acrecienta la urgente necesidad de finalizar una investigación profunda, independiente e imparcial sobre el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes mayormente pacíficos, incluyendo el propio Baek Nam-gi. A la fecha, ni un solo policía implicado en el caso ha enfrentado las consecuencias por sus acciones". A principios de este año, la UITA promovió el apoyo para la campaña de Amnesty Internacional (sólo existe en inglés) en Corea, la cual exige una investigación pública sobre el uso de fuerza excesiva contra los manifestantes y la responsabilidad de los funcionarios involucrados.

La manifestación del 14 de noviembre fue organizada en protesta contra las nuevas medidas gubernamentales que favorecen aún más la eventualización del trabajo, restringen los derechos sindicales y menoscaban los medios de vida de los agricultores a través de la Alianza Transpacífico. Después de la embestida contra los manifestantes, el gobierno de Corea ha intensificado sus ataques contra los sindicatos, las protestas democráticas, los derechos básicos y las libertades civiles.