Publicado: 23/01/2024

Crédito gráfico: CGT Argentina

El movimiento obrero argentino contra el salvajismo de extrema derecha

Carlos Amorín, Rel-UITA

La Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina convocó a un paro general para el próximo 24 de enero, en rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con más de 300 artículos que modifican o derogan leyes existentes, aprobado por Javier Milei solo cinco días después de haber asumido como Presidente, y a la llamada “Ley Ómnibus”, proyecto que se encuentra a consideración del Congreso, y que en sus más de 300 páginas pretende imponer cambios profundos en varias áreas, desde la economía hasta el sistema electoral argentino.

La convocatoria de la CGT está siendo apoyada por una enorme cantidad de organizaciones y todas las demás centrales sindicales argentinas como la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), la Asociación de Trabajadores del Estado, la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) entre otras.

El paro y movilización, que se prevé sea una de las más importantes de los últimos años, denuncia sobre todo los ataques a los derechos laborales para favorecer al capital, como la modificación del sistema de indemnizaciones por despido, la eliminación de multas a empleadores por registros laborales deficientes, la desregulación del financiamiento a las obras sociales de los sindicatos y restricciones a huelgas en sectores críticos como salud y educación.

La amenaza

Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró este jueves que el gobierno implementará el protocolo elaborado para impedir los cortes de calles y rutas en las manifestaciones de protestas cuando el miércoles 24 la CGT y la gran cantidad de organizaciones sociales que adhieren al paro se movilicen al Congreso Nacional.

Bullrich dijo que el Ministerio a su cargo “seguirá adelante con el protocolo para que el país viva en orden” y que “la calle no sea un desastre”. “Están algunos aportando al cambio que necesitamos y otros defendiendo intereses que se han ido creando a lo largo del tiempo. Las oligarquías defienden sus intereses. Hay que dar una pelea de vida o muerte”, sentenció en un tono amenazante y dramático, reafirmando la práctica gubernamental de criminalizar la protesta social.

Las alucinaciones

En el Foro de Davos, mientras tanto, Milei cantaba odas al capitalismo como única vía de “terminar con la pobreza”, cosa que si no se ha logrado hasta ahora —expresó— es porque Occidente ha traicionado sus valores de “libre mercado y libertad”, cediendo a las tentaciones “socialistas”: “Todos. No hay diferencias sustantivas. Socialistas, conservadores, comunistas, fascistas, nazis, social-demócratas, centristas. Son todos iguales”, afirmó ante el estupor y el asombro de la asistencia. También se pronunció contra la agenda ambiental, el feminismo y el aborto.

¡Qué grande será la barbaridad que hasta Davos se incomoda!

En Uruguay, la central única PIT-CNT difundió un comunicado en el cual afirma: “Honrando lo que nos marca nuestra larga historia de solidaridad internacionalista, la expresamos en la lucha, convocando a todos los sindicatos y a los trabajadores, a manifestarse el próximo 24 de enero en la puerta de la embajada argentina en Montevideo a las 13:00 hs, para expresar nuestra solidaridad y nuestro rechazo a estas medidas antipopulares, que amenazan la vida, los derechos y la libertad de los trabajadores y el pueblo argentino en general”.


Pulse aquí para leer la declaración del Consejo de Sindicatos Globales sobre la Huelga General en Argentina, que denuncia la "batería de leyes draconianas y antidemocráticas del nuevo presidente que amenazan décadas de progreso y protecciones sociales tan duramente luchadas" y pide al gobierno argentino que "deje de emitir propuestas legislativas unilateralmente y comience a negociar con los sindicatos formas de abordar las cuestiones laborales".

 

El paro y movilización, que se prevé sea una de las más importantes de los últimos años, denuncia sobre todo los ataques a los derechos laborales para favorecer al capital, como la modificación del sistema de indemnizaciones por despido, la eliminación de multas a empleadores por registros laborales deficientes, la desregulación del financiamiento a las obras sociales de los sindicatos y restricciones a huelgas en sectores críticos como salud y educación.
Carlos Amorín, Rel-UITA