Publicado: 14/02/2024
Crédito de la foto: AFP. "El jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, Wael Al-Dahdouh reza durante el funeral de su hijo Hamza Wael Dahdouh, periodista de la cadena de televisión Al Jazeera, que murió en un supuesto ataque aéreo israelí en Rafah, en la Franja de Gaza, el 7 de enero de 2024."

Nota de la Secretaria General de la UITA, Sue Longley: Mientras continúa la guerra en Gaza, las Federaciones Sindicales Internacionales están poniendo de relieve la crisis a la que se enfrentan los trabajadores de todos los sectores de la economía. A través de una serie de ensayos y artículos en nuestros sitios web, pretendemos exponer el devastador impacto del conflicto sobre los medios de subsistencia, la seguridad y el bienestar de las personas trabajadoras, al tiempo que destacamos la urgente necesidad de un alto el fuego. En la medida de lo posible, facilitaremos información sobre cómo se puede actuar para ayudar las trabajadoras y trabajadores de Gaza.

Las personas que ejercen el periodismo en Gaza se enfrentan al hambre y a los bombardeos

La terrible cifra de muertos entre quienes ejercen el periodismo de Gaza se ha convertido en un titular familiar. El 10% de las personas trabajadoras de los medios de comunicación del enclave han muerto desde el 7 de octubre, una tasa de mortalidad significativamente superior a la de soldados de combate en la mayoría de las guerras.

Menos conocidas son las privaciones de los periodistas de Gaza que siguen trabajando y -desde la exclusión de los reporteros internacionales del enclave- son la única fuente de noticias de Gaza.

"Todas y todos los periodistas han cambiado de lugar de pernocta al menos cinco veces desde el comienzo de la guerra", afirma Nasser Abu Baker, presidente del Sindicato de Periodistas Palestinos (SPP) y vicepresidente de la Federación Internacional de Periodistas. "La mayoría vive bajo lonas y cambia de tienda en tienda a medida que el conflicto se extiende por Gaza. Otros duermen en edificios escolares, con otros miles de desplazados".

Las condiciones son desoladoras. Baker describe una escuela, diseñada para 500 alumnos, en la que viven 30.000 personas. La presión sobre los 30 cuartos de baño es inimaginable.

La escasez de alimentos es tal que el PJS financia ahora el suministro de harina a sus miembros, con el apoyo de donaciones de periodistas y sus sindicatos de todo el mundo. "En las últimas semanas hemos suministrado 7.000 paquetes de alimentos básicos", afirma Abu Baker. "Además de a los 1.300 periodistas, también apoyamos a sus familias, unas 6.000 personas en total".

El PJS espera proporcionar tiendas de campaña, provisiones para dormir y ropa de abrigo. Las severas restricciones a la circulación de mercancías en Gaza lo dificultan, pero el sindicato está trabajando con la UNESCO para tratar de encontrar una manera.

Con escasez de alimentos, agua y combustible, las condiciones de trabajo de las personas periodistas son extremadamente duras. Tahseen Al-Astall, vicepresidente del PJS, trabaja en Gaza. "Todos los días caminamos, caminamos, caminamos, llevando nuestro equipo a cuestas", dice. "Hay una historia en cada centímetro de Gaza y estamos decididos a contarlas todas". Los frecuentes cortes de Internet -que a menudo coinciden con los momentos de los combates más feroces- también imposibilitan las comunicaciones ordinarias y frenan la difusión de noticias.

Las extremas privaciones a las que se enfrentan sus miembros es sólo uno de los retos del SPJ. El sindicato cuenta con unas 2.300 afiliadas (aproximadamente el 80% de los periodistas palestinos); 1.000 de ellos asistieron a su último Congreso, en mayo de 2022. Su junta directiva, políticamente plural, incluye a hombres y mujeres y a personas de ascendencia musulmana y cristiana. Con sede en Ramala, Cisjordania, el personal del sindicato también se enfrenta a importantes problemas a la hora de realizar su trabajo.

"Moverse fuera de Ramala es casi imposible", dice Rania Khayyat, responsable de relaciones internacionales del PJS. "Hay controles de carretera por todas partes, y el ejército israelí y los colonos nos atacan. Los viajes de 10 kilómetros pueden durar horas". Desde octubre, el PJS ha registrado más de 200 agresiones a periodistas en Jerusalén Este y Cisjordania.

Dejando a un lado las dificultades prácticas, el creciente número de muertos proyecta una pesada sombra sobre las personas trabajadoras de todos los medios de comunicación palestinos, cuya creencia generalizada es que se trata de un objetivo deliberado.

"Las Fuerzas de Defensa de Israel llaman por teléfono a los periodistas de Gaza y les dicen que ellos y sus familias van a ser atacados, y entonces llegan los ataques: cohetes y misiles dirigidos deliberadamente a matarnos", afirma Al Astall. Con una tasa de mortalidad entre los periodistas aproximadamente tres veces superior a las personas trabajadoras del sector de la salud en Gaza, no cabe duda de que hay motivos para cuestionar.

La Corte Penal Internacional ya se ha comprometido a investigar los ataques contra periodistas en Gaza. La orden inicial de la Corte Internacional de Justicia en enero de que Israel debe cumplir los términos de la Convención sobre el Genocidio aumentará las esperanzas en Gaza de que el derecho internacional pueda servir aún a sus intereses. La FIP apoyará las acciones legales contra los políticos y dirigentes militares israelíes si no acatan la determinación de la CIJ.

La respuesta a la crisis de los sindicatos de periodistas de todo el mundo ha sido impresionante. Pocos son ricos en comparación con los grandes sindicatos generales, pero las donaciones han llegado de todo el mundo. Los periodistas individuales también han respondido al llamamiento. Con los fondos obtenidos, la FIP ha proporcionado botiquines de primeros auxilios, bancos de energía, alimentos y ropa de abrigo y kits de higiene para mujeres, entre otras cosas.

Cuántos muertos habrá, y en qué condiciones se encontrarán los periodistas palestinos cuando cesen los combates, es cosa del futuro. Por ahora, la solidaridad internacional significa que tienen un mejor acceso a las necesidades básicas de la vida - y la seguridad de que su trabajo es apreciado por sus colegas profesionales en todo el mundo.

Puede donar aquí: https://donorbox.org/donation-to-the-ifj-safety-fund

Por ahora, la solidaridad internacional significa que tienen un mejor acceso a las necesidades básicas de la vida, y la seguridad de que su trabajo es apreciado por sus colegas profesionales de todo el mundo.
Tim Dawson, Secretario General Adjunto, Federación Internacional de Periodistas